Tras la Matagalls-Montserrat, recibí una
llamada de mi compañero Esteve. Me proponía realizar una ultra que celebraba su
primera edición, en un principio dude bastante pues en mi curriculum hay un
alto índice de abandonos en ultras. Decidí informarme y busque información y
tiempos de paso para ver si podía ser factible, cuando vi que la carrera
pintaba estupenda por el recorrido ( nunca había pasado por el Congost de
Mont-rebei y me hacía ilusión) y por el hecho de que uno de los organizadores
era un conocido de otras ultras, me anime a apuntarme.
El viernes había quedado con Esteve para
subir juntos hacia Lleida, el tiempo era horrible pues estaba muy nublado y llovía
muchísimo. Por suerte cuando llegamos a la provincia de Lleida el tiempo
mejoro, al llegar nos dirigimos hacia el camping para recoger nuestro dorsal y
acudir a la charla técnica. Tras la charla salimos bastante animados, la cosa
pintaba bien y aunque dura la Ultra iba a ser de las que íbamos a disfrutar.
Sábado había llegado el momento, al salir
del apartamento comprobamos que había algo de niebla y algo de frio. Fuimos a
dejar las bolsas de corredor en el camping y después caminando hasta la
colegiata, por culpa de la niebla no podíamos apreciar muy bien la belleza del
lugar. Poco a poco fueron llegando los participantes, y entre ellos algunos
compañeros de club como Xavi Y Natalia y otros conocidos de las marchas. En
esta primera edición de la Montsec Ultra Trail habían dos categorías, la Ultra
y la Maratón, como era de esperar en la Maratón había muchos más participantes.
Mientras que en la Ultra, íbamos a correr en familia ya que éramos 60.
La salida de la Montsec Ultra Trail se
daba a las ocho, se salía justo con la última campanada que sonara. Dicho y hecho
tras la última campanada, salida conjunta de las dos pruebas. Como era de
esperar los primeros metros se formo un pequeño tapón, pero era por culpa de
haber de atravesar unos estrechos callejones. Una vez en el camino bueno la
gente actuó como se esperaba, salió todo el mundo quemando rueda a tope y
nosotros decidimos dejarnos ir un poco. Al poco de salir del pueblo entramos en
un tramo de campos que transcurría por pista ancha, era un sube y baja pero sin
apenas desnivel apreciable. Pensábamos que en aquellos momentos ya íbamos los
últimos, como teníamos claro que tarde o temprano sucedería. Pero no era así,
detrás nuestro había 3 compañeros de club que iban cerrando la carrera.
Tras 1:30 horas, llegamos al primer
control de la carrera (Corça) ya llevábamos 9 kilómetros y la verdad es que
físicamente me encontraba bien. La semana anterior lo había pasado muy mal por
culpa de unas molestias musculares, suerte que el jueves había ido al fisio a
que me dieran una paliza. Tras reponer fuerzas nos dispusimos a retomar la
marcha, afrontábamos la primera subida algo seria de la marcha. la verdad es
que la subida fue mas cómoda de lo que yo me pensaba, subimos 500 metros sin
apenas darnos cuenta por unos senderos muy guapos. A medida que subíamos íbamos
dejando a nuestros pies la espesa capa de niebla que cubría el valle, la
panorámica al llegar a lo más alto era de lo más bonito.
El mar de nubes |
Ante nuestros ojos se extendía
un enorme mar de nubes el cual dejaba asomarse los picos de las montañas
cercanas, tras salir del sendero entramos en una pista y zas cagada.
Proseguimos por la pista unos 5 min pero de repente nos dimos cuenta de que
algo no iba bien, no veíamos señales desde hacía rato y decidimos volver hasta
la última que habíamos visto. Efectivamente, al llegar pudimos comprobar que
nos habíamos desviado del camino. En ese momento llegaba un chico que
pensábamos que era de la maratón, pero al preguntarle nos dijo que era el
escoba. Mierda pensamos, no llevamos nada y ya estamos con el escoba. Nos dijo
que se llamaba Paco Robles y que no nos preocupáramos que íbamos sobrados, al
decirnos eso nos tranquilizo y proseguimos el camino, esta vez ya en forma de trió.
Poco a poco el terreno y el paisaje iban
cambiando y se tornaba más salvaje y abrupto, los contrastes de luz del paisaje
y la niebla formaban escenas impresionantes.
Escenas espectaculares |
Un sendero que atravesaba un
bosque precedió al momento más esperado de la marcha, habíamos llegado al
Congost de Mont-rebei. Ante nuestros ojos se alzaban majestuosas dos enormes
paredes de piedra, para atravesar este congosto hay que pasar por un estrecho
sendero. La verdad es que la experiencia de pasar por aquel paso tan estrecho,
era una de las razones que me habían hecho decantarme por apuntarme a la ultra.
Infinidad de excursionistas se cruzaban en nuestro paso, y el estrecho margen que
te da el sendero hacia más emocionante este furtivo encuentro.
El Congost de Mont-rebei |
Sendero estrecho por la roca agujereada |
Apenas 2 km más
adelante llegamos al siguiente punto interesante de la marcha, el Pont penjant.
Un puente colgante que durante la charla técnica, habían advertido que se movía
bastante y que pasáramos de uno en uno. La verdad es que no era para tanto, se movía
un poco, pero no había ningún peligro. A unos 100 metros del puente nos
encontramos con el avituallamiento, ya llevábamos 20 kilómetros e íbamos muy
bien de tiempo. Allí sentados con cara de agotamiento, habían 5 personas de la
maratón que lo dejaban. Paco nos había dicho hacia un rato, que en esa marcha
iba haber muchos abandonos y empezábamos a comprobarlo.
Solo salir del control tuvimos otra
equivocación de camino y tuvimos que volver hacia atrás, una vez en el camino
correcto pudimos ver que detrás nuestro llegaban los tres compañeros del club
que cerraban la carrera. Nuevamente afrontábamos un tramos de subida, subimos
ligeramente y después descendimos a una especie de barranco. El descenso por
terreno algo más técnico me hizo resentirme algo del pie derecho, pero la cosa
no fue a más. Una vez en el inframundo como dijo Paco, cogimos un sendero muy
frondoso y bastante largo que nos condujo hasta el inicio de la subida. Menudo subidon,
y no precisamente de energía. Una larga y dura subida por sendero, hizo mella
en nuestras fuerzas. Al llegar arriba tuvimos que descansar un poco para
recuperar el aliento, parecía que la subida había terminado.
Vistas mientras descansabamos |
Un tramo de
sendero por el interior de un bosque nos hizo pensar que ya llegábamos al
pueblo, nueva equivocación. Aun nos quedaba un tramito de subida que castigo
nuestras maltrechas piernas, suerte de Paco que no callaba y nos iba
entreteniendo explicándonos sus aventuras. Tras la subida por fin llegamos al
siguiente control, estábamos en Alsamora. Solo nos quedaban 6,8 km y
llegaríamos al primer corte horario de la carrera. en este avituallamiento había
mucha más comida que en los anteriores, cosa que aprovechamos para recargar energías.
Una vez recuperadas las fuerzas salimos del pueblo y nos dirigimos hacia
nuestro siguiente destino, el Coll d’Ares. A medida que íbamos subiendo la
inclinación del camino se hacía más evidente, justo a la mitad de la subida
encontramos corredores. Pensábamos que nos íbamos a tener que despedir de Paco,
pero la verdad es que todos los que encontrábamos participaban en la Maratón. A
medida que íbamos pasándolos a todos les hacíamos la misma pregunta, eres de la
Ultra o de la Maratón? La verdad es que todos reaccionaron igual, diciéndonos
que a la Maratón que la Ultra eran
palabras mayores. Justo cuando quedaban unos 500 metros para llegar, llegaron a
nuestro encuentro los hijos y la mujer de Esteve. Nos acompañaron hasta la cima
y allí nos hicieron de apoyo logístico, nos trajeron pasta la cual devoramos
entre los dos y nos dieron muchos ánimos. La gente del control también era muy simpática
y nos ofrecieron de todo, la verdad es que nos hubiéramos quedado allí un buen
rato pero debíamos seguir adelante. En ese punto en concreto la carrera se dividía
en dos recorridos, uno iba hacia la maratón y el otro hacia la Ultra.
Oficialmente ya éramos los últimos y por lo tanto Paco debía ir quitando
cintas, como íbamos muy a gusto los 3 decidimos que le echaríamos una mano y arrancaríamos
cintas con él.
Vistas desde el Coll d'Ares |
Afrontábamos el tramo más largo de la marcha 12,3 km, el primer
tramo lo hicimos por pista y disfrutando de las bonitas vistas que había desde
allí. Cuando ya llevábamos un buen rato vimos algo curioso, en medio de un
prado había un seiscientos estrellado ( como … habían llevado el coche hasta
allí) en una curva del camino nos desviamos e iniciamos un vertiginoso descenso
por sendero. La verdad es que la bajada se nos hizo bastante larga porque
tuvimos que quitar infinidad de cintas, ese hecho nos hizo aflojar bastante nuestro
ritmo.
Inicio de la bajada |
Paco con la bolsa de las cintas |
Hablamos entre los tres, y decidimos que en el siguiente control les
diríamos que no podíamos continuar sacando cintas o no llegaríamos al corte. La
llegada hasta el control se hizo de rogar, una vez en el control les explicamos
lo de las cintas y nos pusimos a avituallarnos. En el control me puse fino de cruasanes
de chocolate, y después nos sacaron una coca que estaba buenísima.
Teníamos 9 km hasta el siguiente corte de
tiempo y queríamos intentar llegar de día, todo hacía indicar que sería
bastante sencillo pero nuevamente nos equivocamos. Primero hicimos un tramo muy
cómodo por pista, pero después giramos y nos metimos en un tupido bosque. Allí
cogimos un sendero que subía bastante inclinado, una vez arriba llaneamos por
la ladera de la montaña y después iniciamos un pequeño descenso.
Seria aquel el lago al que teniamos que ir? |
descendiendo hacia el barranco |
Poco a poco el
día se iba apagando y la idea de llegar de día al control, iba desapareciendo
de nuestra cabeza. Apuramos al máximo el ponernos el frontal, pero ya llego un
punto en el que no veíamos nada y decidimos no alargar mas la espera. Con los
frontales colocados iniciamos un vertiginoso descenso hacia el fondo de un
barranco, el terreno se volvió más técnico y mis compañeros aumentaron la
velocidad. Casi llegando al final de la bajada les tuve que decir que aflojaran
el ritmo o yo me quedaba, se pararon y me dejaron ponerme delante. Tras un
rodeo tremendo resiguiendo un oscuro sendero, llegamos a una carretera.
Seguimos el itinerario de unos antiguos túneles que nos condujeron hasta una
presa, pasamos al otro lado y continuamos unos 2 km más por carretera hasta
llegar al control. La mujer que estaba allí se alegro mucho de vernos,
estuvimos un rato hablando con ella y también aprovechamos para hacer un cambio
de equipacion. Yo aproveche y me cambie de todo, calzoncillos, calcetines,
perneras y mallas. Habíamos llegado al corte de tiempo con 1:20 horas de
margen, así que pudimos hacer todo eso tranquilamente. En este punto de la
ultra nuestros GPS empezaban a mostrar datos que nos parecían un poco extraños,
la distancia que nos marcaba no se correspondía con la que había dado la
organización.
Salimos del control y nos mentalizamos
para afrontar lo que iba a ser el tramo más duro de la Ultra, 10,74 km con 1098
metros de desnivel positivo, Paco nos había hablado de la subida que nos
esperaba. Nos conto que era una subida que tenia 100 curvas, pero que no era excesivamente
dura. Tenía ganas de encarar aquella subida y ver si Paco estaba en lo cierto o
no, por fin llegamos y pude comprobar con mis propios ojos y contándolas una
por una, que efectivamente había 100 curvas. Suerte que fui contando las
curvas, porque la subida se me hizo realmente dura. Paco se había adelantado y
Esteve y yo sufrimos de lo lindo, finalmente llegamos a la ermita. Descendimos
un poco y de nuevo subida, parecía que la subida no se iba a acabar nunca.
Otras 62 curvas mas y por fin se suavizo el camino, en teoría nos desviamos
encontrar el avituallamiento en un cruce de pistas. Anduvimos un buen rato y no
llegábamos al control, Paco preocupado llamo a Dani de la organización para
preguntar que había pasado. Al parecer el control lo habían trasladado un poco más
lejos y ya en lo más alto, lo bueno era que en el siguiente tramo no tendríamos
que hacer mucho subida. Cuando llegamos al control hacia bastante fresco, los
chicos que estaban allí se refugiaban en una fogata. Nos ofrecieron caldo
calentito el cual aceptamos de buen grado, estuvimos 5 min de tertulia y
proseguimos nuestro camino. Los del chicos nos dijeron que nos quedaban 6 km
hasta el siguiente control, el primer tramo fue una bajada bastante técnica y
después llegamos a una pista. El tramo de pista se nos hizo bastante largo,
pero finalmente llegamos. El control era una mesa iluminada por los faros de
una furgoneta, los dos hombres que estaban allí fueron muy amables y nos
ofrecieron de todo. Aproveche la parada para rehidratarme ya que hacía mucho
tiempo que no bebía, y para cambiar las pilas del frontal y del GPS.
Cuando nos
fuimos los hombres del control nos dijeron que nos pillarían por el camino,
proseguimos la marcha y reseguimos un interminable tramo de pista. Casi a mitad
de trayecto nos paso la furgoneta del avituallamiento, seguimos nuestra marcha
y tras una pequeña subida. Giramos por un sendero e iniciamos una larguísima
bajada, además de larga era muy técnica y con mucha piedra suelta. Finalmente
al acabar la bajada, llegamos a una nueva pista en la cual giramos a la
derecha. A los pocos metros Paco se paró de repente, nos dijo que según el
track debíamos haber girado antes por algún sendero. Volvimos hacia atrás para
ver si veíamos las marcas, al ver que no había marcas por ningún lado. Paco
decidió llamar a Enric para preguntarle, le dijeron que se había cambiado
ligeramente el track porque el sendero estaba en mal estado, pero que siguiendo
la pista volveríamos al camino bueno. Efectivamente, seguimos la pista y a los
pocos metros volvimos a ver cintas. Siguiendo la pista pasamos bajo unas
imponentes paredes de piedra, un lugar que si hubiéramos pasado de día habría
sido realmente espectacular. El cielo estaba estrellado, apagamos nuestro
frontal y nos deleitamos unos momentos con la inmensidad del firmamento. Pocos
minutos después llegamos al avituallamiento, allí había un chico y una chica
con cara de sueño y pasando bastante frio. Esta situación no impidió que nos
trataran como nos habían tratado en todos los avituallamientos, con una sonrisa
de oreja a oreja y ofreciéndonos todo lo que quisiéramos coger.
Habíamos conseguido nuestro objetivo,
llegar al último control horario con tiempo de sobra. Estuvimos poco rato en el
avituallamiento y nos pusimos de nuevo en marcha, nos tocaba otro tramo largo y
con la última subida seria de la jornada. El inicio del tramo era más bien
llaneando y en bajada, mi problema fue que me estaba empezando a entrar sueño y
andaba ya por inercia. Suerte que Paco no callaba y nos mantenía entretenidos,
hubo un momento en que le comente que me dormía y me recomendó que me tomara un
gel de cafeína. Me daba miedo tomármelo, ya que en toda la marcha no había
tenido problemas de estomago y no quería que por tomarme el gel se me
estropeara la barriga. Finalmente me lo tome y pronto hizo efecto, parecía que había
vencido al sueño. Suerte que me despejo ya que tras una subida, hicimos una
larguísima bajada por un camino muy resbaladizo. Acabada la bajada un largo
tramo de pista nos acerco hacia lo que iba a ser el ultimo avituallamiento de
la Ultra, estaba amaneciendo y cada vez veíamos más claramente que íbamos a finalizar
con éxito la Ultra.
Amaneciendo |
Cuando nos quedaba algo más de 1 km para llegar al pueblo,
vimos aparecer a Enric (organizador de la carrera) y Juan Carlos ( gran
corredor de larga distancia) habían venido a nuestro encuentro y a preguntar
como andábamos. Nos acompañaron un rato, hasta que llegamos al avituallamiento.
allí se quedo Enric y Juan Carlos dijo que haría con nosotros los últimos 7km,
después de comer algo en el avituallamiento proseguimos la marcha, ya con
muchas ganas de llegar a meta. Los últimos 7 km fueron un continuo sube y baja
por pista, amenizado con las historias que nos contaban Paco y Juan Carlos.
Cuando nos quedaba aproximadamente 1 km para la gloria, aparecieron los hijos
de Esteve para acompañarnos hasta la meta. Y finalmente y tras 25:26 horas,
hacíamos nuestra triunfal entrada por el arco de meta.
Entrada triunfal en meta. Esteve, Paco y Yo. |
107 kilómetros
5669 metros de desnivel positivo
5669 Metros de desnivel negativo
11338 Metros de desnivel total acumulado
25:26 Horas
En conclusión, un reto más conseguido. A
pesar de mi lesión, este año he conseguido terminar 2 ultras de más de 100 kilómetros.
Qué decir de la Montsec Ultra Trail, Enric y Dani han acertado de pleno en el
recorrido. Hemos disfrutado de paisajes de ensueño y zonas técnicas casi casi
por un igual, los avituallamientos estaban muy bien, había bebida en abundancia
y comida de sobras ( teniendo en cuenta que pasamos los últimos esto es un dato
a tener en cuenta) los voluntarios estupendos, siempre nos recibían con una
sonrisa y un trato muy amable. El marcaje de la Ultra, realmente espectacular,
era prácticamente imposible perderse si estabas pendiente de la señalización.
Nosotros nos perdimos pero fue más por despiste nuestro, en pocas palabras una
ultra muy recomendable. La experiencia de caminar con el escoba durante 98 km
ha sido única, nos permitió conocer a una gran persona ( Paco Robles) y en el
tramo final a un tío de lo más divertido y campechano ( Juan Carlos).
Ha sido todo un honor conocer a Paco y poder compartir toda la Ultra con él , sin
ellos habría sido más difícil conseguirlo. Con Esteve me quedan muchos
kilómetros por compartir, con Paco, Juan Carlos Y Enric espero coincidir en
algún otro ultra.
Para acabar, felicitar a Enric y Dani por
haber organizado una Ultra cojonuda.
Muchos ánimos para las siguientes
ediciones¡¡¡
Salut y Km para todos,
Blas