viernes, 11 de octubre de 2013

MONTSEC ULTRA TRAIL

Tras la Matagalls-Montserrat, recibí una llamada de mi compañero Esteve. Me proponía realizar una ultra que celebraba su primera edición, en un principio dude bastante pues en mi curriculum hay un alto índice de abandonos en ultras. Decidí informarme y busque información y tiempos de paso para ver si podía ser factible, cuando vi que la carrera pintaba estupenda por el recorrido ( nunca había pasado por el Congost de Mont-rebei y me hacía ilusión) y por el hecho de que uno de los organizadores era un conocido de otras ultras, me anime a apuntarme.

El viernes había quedado con Esteve para subir juntos hacia Lleida, el tiempo era horrible pues estaba muy nublado y llovía muchísimo. Por suerte cuando llegamos a la provincia de Lleida el tiempo mejoro, al llegar nos dirigimos hacia el camping para recoger nuestro dorsal y acudir a la charla técnica. Tras la charla salimos bastante animados, la cosa pintaba bien y aunque dura la Ultra iba a ser de las que íbamos a disfrutar.

Sábado había llegado el momento, al salir del apartamento comprobamos que había algo de niebla y algo de frio. Fuimos a dejar las bolsas de corredor en el camping y después caminando hasta la colegiata, por culpa de la niebla no podíamos apreciar muy bien la belleza del lugar. Poco a poco fueron llegando los participantes, y entre ellos algunos compañeros de club como Xavi Y Natalia y otros conocidos de las marchas. En esta primera edición de la Montsec Ultra Trail habían dos categorías, la Ultra y la Maratón, como era de esperar en la Maratón había muchos más participantes. Mientras que en la Ultra, íbamos a correr en familia ya que éramos 60.

La salida de la Montsec Ultra Trail se daba a las ocho, se salía justo con la última campanada que sonara. Dicho y hecho tras la última campanada, salida conjunta de las dos pruebas. Como era de esperar los primeros metros se formo un pequeño tapón, pero era por culpa de haber de atravesar unos estrechos callejones. Una vez en el camino bueno la gente actuó como se esperaba, salió todo el mundo quemando rueda a tope y nosotros decidimos dejarnos ir un poco. Al poco de salir del pueblo entramos en un tramo de campos que transcurría por pista ancha, era un sube y baja pero sin apenas desnivel apreciable. Pensábamos que en aquellos momentos ya íbamos los últimos, como teníamos claro que tarde o temprano sucedería. Pero no era así, detrás nuestro había 3 compañeros de club que iban cerrando la carrera.
Tras 1:30 horas, llegamos al primer control de la carrera (Corça) ya llevábamos 9 kilómetros y la verdad es que físicamente me encontraba bien. La semana anterior lo había pasado muy mal por culpa de unas molestias musculares, suerte que el jueves había ido al fisio a que me dieran una paliza. Tras reponer fuerzas nos dispusimos a retomar la marcha, afrontábamos la primera subida algo seria de la marcha. la verdad es que la subida fue mas cómoda de lo que yo me pensaba, subimos 500 metros sin apenas darnos cuenta por unos senderos muy guapos. A medida que subíamos íbamos dejando a nuestros pies la espesa capa de niebla que cubría el valle, la panorámica al llegar a lo más alto era de lo más bonito.
El mar de nubes
Ante nuestros ojos se extendía un enorme mar de nubes el cual dejaba asomarse los picos de las montañas cercanas, tras salir del sendero entramos en una pista y zas cagada. Proseguimos por la pista unos 5 min pero de repente nos dimos cuenta de que algo no iba bien, no veíamos señales desde hacía rato y decidimos volver hasta la última que habíamos visto. Efectivamente, al llegar pudimos comprobar que nos habíamos desviado del camino. En ese momento llegaba un chico que pensábamos que era de la maratón, pero al preguntarle nos dijo que era el escoba. Mierda pensamos, no llevamos nada y ya estamos con el escoba. Nos dijo que se llamaba Paco Robles y que no nos preocupáramos que íbamos sobrados, al decirnos eso nos tranquilizo y proseguimos el camino, esta vez ya en forma de trió.
Poco a poco el terreno y el paisaje iban cambiando y se tornaba más salvaje y abrupto, los contrastes de luz del paisaje y la niebla formaban escenas impresionantes. 
Escenas espectaculares 
Un sendero que atravesaba un bosque precedió al momento más esperado de la marcha, habíamos llegado al Congost de Mont-rebei. Ante nuestros ojos se alzaban majestuosas dos enormes paredes de piedra, para atravesar este congosto hay que pasar por un estrecho sendero. La verdad es que la experiencia de pasar por aquel paso tan estrecho, era una de las razones que me habían hecho decantarme por apuntarme a la ultra. Infinidad de excursionistas se cruzaban en nuestro paso, y el estrecho margen que te da el sendero hacia más emocionante este furtivo encuentro. 
El Congost de Mont-rebei
Sendero estrecho por la roca agujereada
Apenas 2 km más adelante llegamos al siguiente punto interesante de la marcha, el Pont penjant. Un puente colgante que durante la charla técnica, habían advertido que se movía bastante y que pasáramos de uno en uno. La verdad es que no era para tanto, se movía un poco, pero no había ningún peligro. A unos 100 metros del puente nos encontramos con el avituallamiento, ya llevábamos 20 kilómetros e íbamos muy bien de tiempo. Allí sentados con cara de agotamiento, habían 5 personas de la maratón que lo dejaban. Paco nos había dicho hacia un rato, que en esa marcha iba haber muchos abandonos y empezábamos a comprobarlo.
Solo salir del control tuvimos otra equivocación de camino y tuvimos que volver hacia atrás, una vez en el camino correcto pudimos ver que detrás nuestro llegaban los tres compañeros del club que cerraban la carrera. Nuevamente afrontábamos un tramos de subida, subimos ligeramente y después descendimos a una especie de barranco. El descenso por terreno algo más técnico me hizo resentirme algo del pie derecho, pero la cosa no fue a más. Una vez en el inframundo como dijo Paco, cogimos un sendero muy frondoso y bastante largo que nos condujo hasta el inicio de la subida. Menudo subidon, y no precisamente de energía. Una larga y dura subida por sendero, hizo mella en nuestras fuerzas. Al llegar arriba tuvimos que descansar un poco para recuperar el aliento, parecía que la subida había terminado.
Vistas mientras descansabamos
Un tramo de sendero por el interior de un bosque nos hizo pensar que ya llegábamos al pueblo, nueva equivocación. Aun nos quedaba un tramito de subida que castigo nuestras maltrechas piernas, suerte de Paco que no callaba y nos iba entreteniendo explicándonos sus aventuras. Tras la subida por fin llegamos al siguiente control, estábamos en Alsamora. Solo nos quedaban 6,8 km y llegaríamos al primer corte horario de la carrera. en este avituallamiento había mucha más comida que en los anteriores, cosa que aprovechamos para recargar energías. Una vez recuperadas las fuerzas salimos del pueblo y nos dirigimos hacia nuestro siguiente destino, el Coll d’Ares. A medida que íbamos subiendo la inclinación del camino se hacía más evidente, justo a la mitad de la subida encontramos corredores. Pensábamos que nos íbamos a tener que despedir de Paco, pero la verdad es que todos los que encontrábamos participaban en la Maratón. A medida que íbamos pasándolos a todos les hacíamos la misma pregunta, eres de la Ultra o de la Maratón? La verdad es que todos reaccionaron igual, diciéndonos que a la Maratón  que la Ultra eran palabras mayores. Justo cuando quedaban unos 500 metros para llegar, llegaron a nuestro encuentro los hijos y la mujer de Esteve. Nos acompañaron hasta la cima y allí nos hicieron de apoyo logístico, nos trajeron pasta la cual devoramos entre los dos y nos dieron muchos ánimos. La gente del control también era muy simpática y nos ofrecieron de todo, la verdad es que nos hubiéramos quedado allí un buen rato pero debíamos seguir adelante. En ese punto en concreto la carrera se dividía en dos recorridos, uno iba hacia la maratón y el otro hacia la Ultra. Oficialmente ya éramos los últimos y por lo tanto Paco debía ir quitando cintas, como íbamos muy a gusto los 3 decidimos que le echaríamos una mano y arrancaríamos cintas con él.
Vistas desde el Coll d'Ares
Afrontábamos el tramo más largo de la marcha 12,3 km, el primer tramo lo hicimos por pista y disfrutando de las bonitas vistas que había desde allí. Cuando ya llevábamos un buen rato vimos algo curioso, en medio de un prado había un seiscientos estrellado ( como … habían llevado el coche hasta allí) en una curva del camino nos desviamos e iniciamos un vertiginoso descenso por sendero. La verdad es que la bajada se nos hizo bastante larga porque tuvimos que quitar infinidad de cintas, ese hecho nos hizo aflojar bastante nuestro ritmo. 
Inicio de la bajada
Paco con la bolsa de las cintas
Hablamos entre los tres, y decidimos que en el siguiente control les diríamos que no podíamos continuar sacando cintas o no llegaríamos al corte. La llegada hasta el control se hizo de rogar, una vez en el control les explicamos lo de las cintas y nos pusimos a avituallarnos. En el control me puse fino de cruasanes de chocolate, y después nos sacaron una coca que estaba buenísima.
Teníamos 9 km hasta el siguiente corte de tiempo y queríamos intentar llegar de día, todo hacía indicar que sería bastante sencillo pero nuevamente nos equivocamos. Primero hicimos un tramo muy cómodo por pista, pero después giramos y nos metimos en un tupido bosque. Allí cogimos un sendero que subía bastante inclinado, una vez arriba llaneamos por la ladera de la montaña y después iniciamos un pequeño descenso. 
Seria aquel el lago al que teniamos que ir?
descendiendo hacia el barranco
Poco a poco el día se iba apagando y la idea de llegar de día al control, iba desapareciendo de nuestra cabeza. Apuramos al máximo el ponernos el frontal, pero ya llego un punto en el que no veíamos nada y decidimos no alargar mas la espera. Con los frontales colocados iniciamos un vertiginoso descenso hacia el fondo de un barranco, el terreno se volvió más técnico y mis compañeros aumentaron la velocidad. Casi llegando al final de la bajada les tuve que decir que aflojaran el ritmo o yo me quedaba, se pararon y me dejaron ponerme delante. Tras un rodeo tremendo resiguiendo un oscuro sendero, llegamos a una carretera. Seguimos el itinerario de unos antiguos túneles que nos condujeron hasta una presa, pasamos al otro lado y continuamos unos 2 km más por carretera hasta llegar al control. La mujer que estaba allí se alegro mucho de vernos, estuvimos un rato hablando con ella y también aprovechamos para hacer un cambio de equipacion. Yo aproveche y me cambie de todo, calzoncillos, calcetines, perneras y mallas. Habíamos llegado al corte de tiempo con 1:20 horas de margen, así que pudimos hacer todo eso tranquilamente. En este punto de la ultra nuestros GPS empezaban a mostrar datos que nos parecían un poco extraños, la distancia que nos marcaba no se correspondía con la que había dado la organización.

Salimos del control y nos mentalizamos para afrontar lo que iba a ser el tramo más duro de la Ultra, 10,74 km con 1098 metros de desnivel positivo, Paco nos había hablado de la subida que nos esperaba. Nos conto que era una subida que tenia 100 curvas, pero que no era excesivamente dura. Tenía ganas de encarar aquella subida y ver si Paco estaba en lo cierto o no, por fin llegamos y pude comprobar con mis propios ojos y contándolas una por una, que efectivamente había 100 curvas. Suerte que fui contando las curvas, porque la subida se me hizo realmente dura. Paco se había adelantado y Esteve y yo sufrimos de lo lindo, finalmente llegamos a la ermita. Descendimos un poco y de nuevo subida, parecía que la subida no se iba a acabar nunca. Otras 62 curvas mas y por fin se suavizo el camino, en teoría nos desviamos encontrar el avituallamiento en un cruce de pistas. Anduvimos un buen rato y no llegábamos al control, Paco preocupado llamo a Dani de la organización para preguntar que había pasado. Al parecer el control lo habían trasladado un poco más lejos y ya en lo más alto, lo bueno era que en el siguiente tramo no tendríamos que hacer mucho subida. Cuando llegamos al control hacia bastante fresco, los chicos que estaban allí se refugiaban en una fogata. Nos ofrecieron caldo calentito el cual aceptamos de buen grado, estuvimos 5 min de tertulia y proseguimos nuestro camino. Los del chicos nos dijeron que nos quedaban 6 km hasta el siguiente control, el primer tramo fue una bajada bastante técnica y después llegamos a una pista. El tramo de pista se nos hizo bastante largo, pero finalmente llegamos. El control era una mesa iluminada por los faros de una furgoneta, los dos hombres que estaban allí fueron muy amables y nos ofrecieron de todo. Aproveche la parada para rehidratarme ya que hacía mucho tiempo que no bebía, y para cambiar las pilas del frontal y del GPS. 

Cuando nos fuimos los hombres del control nos dijeron que nos pillarían por el camino, proseguimos la marcha y reseguimos un interminable tramo de pista. Casi a mitad de trayecto nos paso la furgoneta del avituallamiento, seguimos nuestra marcha y tras una pequeña subida. Giramos por un sendero e iniciamos una larguísima bajada, además de larga era muy técnica y con mucha piedra suelta. Finalmente al acabar la bajada, llegamos a una nueva pista en la cual giramos a la derecha. A los pocos metros Paco se paró de repente, nos dijo que según el track debíamos haber girado antes por algún sendero. Volvimos hacia atrás para ver si veíamos las marcas, al ver que no había marcas por ningún lado. Paco decidió llamar a Enric para preguntarle, le dijeron que se había cambiado ligeramente el track porque el sendero estaba en mal estado, pero que siguiendo la pista volveríamos al camino bueno. Efectivamente, seguimos la pista y a los pocos metros volvimos a ver cintas. Siguiendo la pista pasamos bajo unas imponentes paredes de piedra, un lugar que si hubiéramos pasado de día habría sido realmente espectacular. El cielo estaba estrellado, apagamos nuestro frontal y nos deleitamos unos momentos con la inmensidad del firmamento. Pocos minutos después llegamos al avituallamiento, allí había un chico y una chica con cara de sueño y pasando bastante frio. Esta situación no impidió que nos trataran como nos habían tratado en todos los avituallamientos, con una sonrisa de oreja a oreja y ofreciéndonos todo lo que quisiéramos coger.

Habíamos conseguido nuestro objetivo, llegar al último control horario con tiempo de sobra. Estuvimos poco rato en el avituallamiento y nos pusimos de nuevo en marcha, nos tocaba otro tramo largo y con la última subida seria de la jornada. El inicio del tramo era más bien llaneando y en bajada, mi problema fue que me estaba empezando a entrar sueño y andaba ya por inercia. Suerte que Paco no callaba y nos mantenía entretenidos, hubo un momento en que le comente que me dormía y me recomendó que me tomara un gel de cafeína. Me daba miedo tomármelo, ya que en toda la marcha no había tenido problemas de estomago y no quería que por tomarme el gel se me estropeara la barriga. Finalmente me lo tome y pronto hizo efecto, parecía que había vencido al sueño. Suerte que me despejo ya que tras una subida, hicimos una larguísima bajada por un camino muy resbaladizo. Acabada la bajada un largo tramo de pista nos acerco hacia lo que iba a ser el ultimo avituallamiento de la Ultra, estaba amaneciendo y cada vez veíamos más claramente que íbamos a finalizar con éxito la Ultra. 
Amaneciendo
Cuando nos quedaba algo más de 1 km para llegar al pueblo, vimos aparecer a Enric (organizador de la carrera) y Juan Carlos ( gran corredor de larga distancia) habían venido a nuestro encuentro y a preguntar como andábamos. Nos acompañaron un rato, hasta que llegamos al avituallamiento. allí se quedo Enric y Juan Carlos dijo que haría con nosotros los últimos 7km, después de comer algo en el avituallamiento proseguimos la marcha, ya con muchas ganas de llegar a meta. Los últimos 7 km fueron un continuo sube y baja por pista, amenizado con las historias que nos contaban Paco y Juan Carlos. Cuando nos quedaba aproximadamente 1 km para la gloria, aparecieron los hijos de Esteve para acompañarnos hasta la meta. Y finalmente y tras 25:26 horas, hacíamos nuestra triunfal entrada por el arco de meta.
Entrada triunfal en meta. Esteve, Paco y Yo.

107 kilómetros 

5669 metros de desnivel positivo

5669 Metros de desnivel negativo

11338 Metros de desnivel total acumulado

25:26 Horas

En conclusión, un reto más conseguido. A pesar de mi lesión, este año he conseguido terminar 2 ultras de más de 100 kilómetros. Qué decir de la Montsec Ultra Trail, Enric y Dani han acertado de pleno en el recorrido. Hemos disfrutado de paisajes de ensueño y zonas técnicas casi casi por un igual, los avituallamientos estaban muy bien, había bebida en abundancia y comida de sobras ( teniendo en cuenta que pasamos los últimos esto es un dato a tener en cuenta) los voluntarios estupendos, siempre nos recibían con una sonrisa y un trato muy amable. El marcaje de la Ultra, realmente espectacular, era prácticamente imposible perderse si estabas pendiente de la señalización. Nosotros nos perdimos pero fue más por despiste nuestro, en pocas palabras una ultra muy recomendable. La experiencia de caminar con el escoba durante 98 km ha sido única, nos permitió conocer a una gran persona ( Paco Robles) y en el tramo final a un tío de lo más divertido y campechano ( Juan Carlos).
Ha sido todo un honor conocer a Paco y  poder compartir toda la Ultra con él , sin ellos habría sido más difícil conseguirlo. Con Esteve me quedan muchos kilómetros por compartir, con Paco, Juan Carlos Y Enric espero coincidir en algún otro ultra.
Para acabar, felicitar a Enric y Dani por haber organizado una Ultra cojonuda.
Muchos ánimos para las siguientes ediciones¡¡¡
Salut y Km para todos,
Blas


miércoles, 18 de septiembre de 2013

CAMINO DE SANTIAGO 2013 (2ºETAPA)




Etapa 2
Azofra – Belorado 
37,81 kilómetros 
953 Metros de desnivel positivo
727 Metros de desnivel negativo
1680 Metros de desnivel acumulado total
7:19 Horas
En esta segunda etapa tocaba madrugar un poco más, la razón es que la etapa era un pelín más larga que la anterior. Salí de Azofra con noche cerrada, suerte de la luz de mi frontal pues el camino discurre por campos y la oscuridad es total, después de 9 km con alguna que otra duda con las señales por fin veía edificios. Antes tuve que pasar junto a un campo de golf, después atravesé una enorme urbanización que ha quitado encanto al trazado original del camino. Tras atravesar la urbanización entre en el pueblo de Cirueña, como todavía era temprano no había nadie en la calle.
Salida de Cirueña
 Pasado Cirueña me metí por un camino y a los pocos metros, una señal me llevo a confusión. La señal parecía que marcaba que había que girar a la izquierda y encima unos extranjeros iban en esa dirección, me pare y fui a investigar si era por allí o no. Cuando comprobé que no me dirigí al camino bueno, subía ligeramente pero después llegue a lo alto de una loma y desde allí podía ver Sto Domingo de la Calzada.
Sto Domingo de la Calzada en la lejanía
Parecía que estaba cerca del pueblo pero estaba a unos 3 km, la entrada al pueblo es un poco fea. Se atraviesa por unas fabricas y no tiene mucho encanto, por suerte después el camino pasa por el casco viejo y ya gana en encanto. Me pare en un bar a reponer fuerzas y después me puse en marcha de nuevo, después de llevar unos cuantos kilómetros sin ver gente a partir de ese momento ya fue un hormiguero. La salida se hace atravesando un puente y caminando paralelo a la carretera, después se atraviesa la carretera pero se continua por un camino que sigue igualmente pegado a la carretera. Esta vez picaba un poco hacia arriba pero no excesivamente, al final de la subida hay una cruz enorme que corona la pequeña cima.
Cruz camino a Grañón
Seguí el camino todo recto y llegue hasta el pueblo de Grañón, a la entrada del pueblo me pare en una fuente para beber un poco pues el calor empezaba a notarse. Allí había unos cuantos pelegrinos, el pueblo no es muy grande pero tiene una iglesia muy bonita la cual estaba abierta. A la salida del pueblo se pasa por campos enormes de girasoles los cuales daban un aspecto diferente al paisaje, Grañón es el ultimo pueblo de la Rioja en el Camino de Santiago así que a los pocos kilómetros me encontré con el cartel de Castilla y León.
Cambio de paisaje
Casi sin darme  cuenta se sucedían una serie de pueblos los cuales estaban separados por pocos kilómetros, Pase por Redecilla, Castildelgado y Viloria de Rioja (cuna de Sto Domingo de la Calzada) Tras la salida de Viloria y hasta Villamayor del Rio se me hizo bastante largo. Era una larga bajada por carretera y después se coge un camino que discurre paralelo a la carretera, tras llegar a Villamayor el camino seguía siendo muy pero que muy monótono.
Monotonia total para llegar a Belorado
Por suerte solo fueron 5 km y llegue a la entrada de Belorado, nada más llegar hay un albergue pero decidí que estaba demasiado lejos del pueblo. Continúe un poco mas y pase junto a la iglesia, a unos metros de la iglesia estaba el albergue donde me hospede. Estaba muy bien porque era una sala donde no habrían más de 25 personas y tenía un patio donde tumbarse o comer, disponía de servicio de comidas. Yo decidí que iría al pueblo a comer ya que así no me aburriría, después de comer me fui al albergue y me tumbe un rato en el patio. Tras cargar el móvil decidí ir a dar una vuelta por el pueblo e investigar algún lugar carismático para visitar, descubrí ese lugar justo detrás de la iglesia. Vi que había un cartel que ponía que había un castillo, como me gusta investigar para allí que me fui. El castillo no era gran cosa pero había una bonita vista de Belorado desde las alturas, después me pareció ver que en lo alto de una cima había una cruz.
Vistas de Belorado desde el castillo
Decidí ir a ver si era cierto o mis ojos me engañaban, menuda subidita que había para llegar a la cima ( y encima iba en chanclas) cuando llegue a la cima comprobé que mis ojos me habían engañado y allí no había ninguna cruz. Baje de nuevo al pueblo y fui a pedir el sello de la iglesia, me dijeron que hacían bendición del peregrino a las 19:30h. Como me daba tiempo fui al pueblo y me compre algo para cenar, cene en el albergue y después me dirigí hacia la iglesia para asistir a la bendición del peregrino. Quizás me podía haber ahorrado el asistir a las 19:30h ya que primero hicieron misa normal y corriente, después nos llamaron a parte a los peregrinos y en una pequeña sala hicimos una bonita bendición. Después hacia el albergue a preparar la mochila y a dormir para el día siguiente.

martes, 17 de septiembre de 2013

CAMINO DE SANTIAGO 2013 1ª ETAPA


los 10 primeros días de mis vacaciones los dedique a realizar parte del camino de Santiago, mi mujer Cris y un amigo Jordi iban a ir juntos desde Burgos hasta León. Yo saldría desde Logroño y nos encontraríamos a 2 días del destino final, salimos todos juntos en tren en dirección Barcelona. Allí nos despediríamos hasta que nos volviéramos a reencontrar, yo me quede en la parada de autobuses y ellos partieron hacia el tren. La decisión de hacer el camino por separado, era porque así Cris disfrutaría mas del caminar y yo no iría presionándola involuntariamente para que fuera más rápido.
Tras un largo y aburrido viaje en autocar, por fin llegue a Logroño. Mi primer objetivo era encontrar albergue así que me puse en marcha, al llegar al primer albergue que encontré me lleve la primera sorpresa. El albergue estaba a tope y si quería podía esperar a ver si quedaba hueco, pero tenía que esperar a las 6 de la tarde. Como sabía que había mas albergues me puse en marcha para probar suerte, probé en otros 2 albergues y nada de nada. Logroño estaba a tope ese día, finalmente encontré sitio en una pensión. Me costó algo más caro que el albergue pero no había otro remedio, cuando ya me instale llame a Cris para ver que tal les iba a ellos. Por lo visto en Burgos la situación era idéntica a la de Logroño, Cris estaba preocupada por no poder coger sitio al día siguiente ya que ella caminaba más despacio y la gente últimamente en el camino van por faena.
1ª Etapa Logroño- Azofra  35,5 km
Me levante temprano para evitar pillar el calor durante el día, al salir de la pensión había que pasar por la avenida de los Soportales de Logroño. En la avenida había mucha gente que seguía de fiesta del fin de semana, una vez pasada la avenida me dirigí a buscar el inicio de las señales. El día anterior había ido a inspeccionar donde podía conectar con las señales ya que no pasaban por la pensión donde había estado durmiendo, una vez en la dirección correcta ya podía decir que empezaba mi camino. Los primeros instantes con la mochila son un poco raros, primero porque te tienes que hacer a la idea de que caminaras unos cuantos días con bastante peso extra. Y segundo porque al principio tienes que regularte los anclajes para andar cómodo, para salir de Logroño no tuve ningún problema. Las señales están bastante bien pintadas , y quitando algún que otro cambio de acera no tuve ninguna complicación. Tras salir de Logroño se atraviesa el parque de San Miguel, aquí por fin vi a los primeros peregrinos del día. Adelante a 7 personas y esperaba encontrarme a la marabunta a partir de ese momento, nada más lejos de la realidad. Atravesé todo el parque y no me encontré con nadie más, después entre en el parque de la Grajera. Este tramo se hizo bastante largo pero por suerte poco a poco amanecía y así pude ver bastante bien la laguna de la Grajera, allí me encontré con más gente que estaba mirando el paisaje.
Embalse de la Grajera
Unos pocos kilómetros más con algún que otro problema con la bamba derecha y por fin llegue al primer pueblo de mi camino, había llegado a Navarrete. Como era bastante pronto en el pueblo no había apenas gente así que lo atravesé como el que atraviesa un pueblo fantasma, mi intención habría sido parar allí para almorzar algo pero como no había nada abierto decidí que pararía en ventosa.
Navarrete
El tramo hasta Ventosa subía ligeramente y cambiaba un poco el paisaje, se alejaba de los campos y te llevaba a caminar paralelo a la carretera durante un buen rato. Había un punto donde la ruta te indicaba hacia Ventosa a la derecha, pero tu podías decidir si querías pasar por el pueblo o continuar recto e ir a parar al mismo sitio. Yo decidí ir hacia el pueblo ya que quería almorzar algo, cuando llegue al pueblo pensaba que no podría almorzar. Casi me pase el pueblo entero y no encontraba ningún bar abierto, casi a la salida por fin vi un bar abierto y allí me metí. Tras reponer energías reemprendí camino hacia Nájera, de nuevo el camino cambiaba su paisaje y se endinsaba atraves de extensos campos de cultivo.
Extensos campos de cultivo antes de llegar a Najera
Cuando quedaba poco para llegar a Nájera pase junto a una construcción antigua, donde decían las leyendas jacobeas que se produjo el combate entre Roldan y Ferragut. Un poco más adelante se cruzaba el rio y se pasaba junto a unas casas, en los muros de una de esas casas había una poesía sobre el camino. Proseguí mi camino y tras cruzar la carretera entre en Nájera, allí ya empecé a ver a más gente ya que era un poco más tarde. Pase junto a la iglesia y después me dirija hacia la salida del pueblo, empezaba un tramo de subida y al final de ella me encontré con un panel indicativo de los kilómetros que quedaban hasta Santiago.
Panel informativo
No dejaría de ver paneles en 5 km que eran los que separaban Nájera de Azofra, las otras veces que había hecho el camino había pasado por este pueblo sin apenas parar. Así que cuando llegue al albergue me sorprendió que fuera tan grande, además estaba muy bien porque tenía un patio donde podías meter los pies en una fuente para refrescarte y además tomar el sol. Lo bueno que tenia es que las habitaciones eran de 2 personas, como llegue de los primeros me dieron una habitación en la que estaba solo. Más tarde vendría mi compañero de habitación, un señor Italiano (parece que tenga imán con los italianos jajá) después de la ducha y lavar la ropa. Me fui al pueblo a comer algo, cuando llegue de comer me tumbe un rato en el patio y después se me hizo muy larga la tarde hasta que me fui a dormir. Tocaba tirada larga al día siguiente así que me prepare la mochila y a dormir.

domingo, 23 de junio de 2013

CENTRAL DAIO- COMA DE VACA- COLL DE NOU CREUS- NURIA


Tenía ganas de salir a realizar algún entreno después de la  Ultra Trail de la Emmona, cuando Juanito dijo que se había suspendido la ascensión del Aneto y que iba a hacer una salida por Coma de Vaca decidí apuntarme.

Salimos Juan, José y yo a las 5:00h hacia la central Daio en Queralbs. Al llegar al aparcamiento, hacia bastante fresquito por lo que optamos por ponernos algo de ropa. La subida que íbamos a realizar ya la conocía, pues la había hecho la semana pasada de bajada en la Ultra de la Emmona. Durante la ascensión pasamos junto al Salt Del grill, en la Emmona no lo vimos porque pasamos muy rápido. Nos desviamos del camino y pudimos observar el impresionante salto de agua, cuando volvimos al camino y llevábamos unos pocos pasos pudimos observar en el suelo una pequeña salamandra.
Admirando el espectacular salto de agua
Continuamos nuestro camino y poco a poco el frio inicial iba desapareciendo, pasamos una pasarela que atravesaba un rio e iniciamos la parte más dura de la ascensión. Poco a poco íbamos ganando más y más desnivel positivo, caminando paralelos a un rio con cascadas impresionantes. Cuando llegamos arriba, el sol hizo acto de presencia. Comenzamos un ligero descenso hacia el refugio de Coma de Vaca bajando por un torrente. Al llegar al refugio decidimos que sería un buen sitio para parar a almorzar, descansar en un lugar como Coma de Vaca con un paisaje impresionante a nuestro alrededor era toda una delicia.
Ganando altura

Refugio de Coma de Vaca
Cuando estábamos a punto de continuar nuestro camino, José nos dijo que no se encontraba muy bien y que nos esperaría en Nuria. Juan y yo proseguimos nuestro camino hacia el Coll de Carança, el inicio del camino fue un poco conflictivo porque no sabíamos por donde cruzar el rio que iba a tope de caudal. Optamos por cruzar el rio por en medio, después continuamos en dirección a Carança. Para llegar al Coll no hay ningún panel indicativo ni ninguna señal que seguir, nosotros nos dirigimos siempre hacia nuestra derecha. Caminamos montaña a través, atravesando pequeñas acumulaciones de nieve y dirigiéndonos a un imponente valle. No andábamos solos, ya que a nuestro alrededor había montones de marmotas y cabras montesas que pululaban a sus anchas en su territorio viendo como dos humanos interrumpían su rutina.
Valle impresionante

Pared vertical impresionante
Poco a Poco veíamos cada vez más cerca el Coll, pero antes de llegar debíamos afrontar una dura subida. Primero subimos por un prado vertical con una enorme placa de hielo al costado, el prado tenía un desnivel considerable. Mientras sufríamos durante la subida, pudimos observar un gran rebaño de cabras salvajes que correteaban por la montaña como si el desnivel no existiera. Acabada la subida vertical no había acabado la subida, llegamos a una especie de cráter y vimos que había unas marcas rojas pintadas en unas piedras. Era impresionante estábamos a 2500 metros y había un sendero marcado que teóricamente nos llevaría a la cima, seguimos el sendero pero en algunas zonas nos costó bastante seguir las señales debido a desprendimientos de piedras que habían tapado las señales. Pisamos nieve y cruzamos una tartera impresionante, pero después de mucho sufrimiento llegamos al Coll de Carança.
Siguiendo el senderito

Atravesando la tartera
El paisaje era impresionante, podíamos ver una panorámica impresionante con montañas nevadas. Vimos la famosa carena que no se ha podido realizar este año en la Emmona, se podía apreciar lo duro que podía haber sido si la hubiéramos realizado. A nuestra izquierda teníamos el Coll de Nou creus, una suave subida y llegamos a la cima, a partir de ese punto se acabo la soledad que habíamos vivido hasta ese momento. Multitud de excursionistas se agrupaban en los alrededores de la cima.
Con la carena del Pic del Infern a la espalda

Inmensidad de las montañas
la bajada hacia Nuria la hicimos en dirección a Noufonts. Pasamos junto a las nueve cruces que dan nombre al pico y seguimos nuestro camino, a medida que avanzábamos los paisajes eran más espectaculares. Seguimos el Gr-11 y en un tramo del camino tuvimos que cruzar una gran extensión de nieve, la nieve resbalaba bastante pero por suerte a nuestro lado no había barranco.  Tras pasar por el coll de Noufonts  tuvimos que desviarnos un pelín del camino para evitar una enorme placa de nieve que tapaba nuestro recorrido, después  bajamos por un tramo bastante pedregoso y llegamos a un enorme valle el cual seguimos, acompañados de la imponente silueta del Puigmal nos acompaño durante toda la bajada.
Atravesando nieve

Espectacular valle en direccion a Nuria
 
Tras un largo rato bajando por fin llegamos al valle de Nuria. José nos estaba esperando, nos metimos en un bar y nos tomamos un refresco para reponer fuerzas para la bajada. Continuamos nuestro camino y nos dirigimos al tradicional camino que va de Queralbs a Nuria, bajamos resiguiendo el rio y admirando los impresionantes saltos de agua que se forman a lo largo de todo el recorrido.
Vall de Nuria

Saltos de agua impresionante
Tras un buen rato bajando llegamos al puente medieval donde se bifurcan dos caminos, cogimos el camino que va hacia Daio. Suerte que solo hacia una semana que había pasado por aquel camino y sabía a lo que me enfrentaba, el camino es muy diferente de bajada.  Se disfruta más el descenso por el bosque hasta Daio, ya que en subida teníamos mucho calor por la humedad. Tras un buen rato bajando llegamos al punto desde donde habíamos salido.

25 kilómetros

1903 Metros de desnivel positivo

1903 Metros de desnivel Negativo

3806 Metros de desnivel acumulado

8:32 Horas

En conclusión, ha sido una matinal genial. Buenos paisajes y buena compañía. Como entrenamiento también me ha servido bastante. He hecho la totalidad del recorrido sin palos,  eso me irá bien para reforzar cuádriceps y tobillos. Quizás podía haber subido algo más rápido de haber ido solo, pero el ritmo que ha llevado Juan me ha parecido muy bueno. De haber ido solo me hubiera machacado demasiado.